
Las hemorroides se inflaman cuando las venas de la zona rectal o anal sufren demasiada presión. Esa presión hace que las paredes venosas se estiren y se abulten, lo que provoca irritación e inflamación.
Algunas de las causas más comunes incluyen:
La edad también influye: a medida que los tejidos se debilitan, se vuelven más propensos a hincharse bajo presión.
Los síntomas de una hemorroide inflamada pueden variar dependiendo de si es interna o externa, pero los signos más comunes incluyen:
La hinchazón puede aparecer y desaparecer, especialmente después de defecar o de estar sentado durante periodos prolongados.
Un proctólogo puede determinar si sus síntomas son causados por hemorroides u otra afección, como una fisura anal o una infección. La mayoría de las hemorroides inflamadas pueden tratarse sin cirugía.
En casos excepcionales en los que la inflamación no desaparece, se puede recomendar una pequeña intervención quirúrgica para extirparla.
Si la hinchazón, el dolor o el sangrado duran más de unos pocos días, o si los síntomas interfieren con su comodidad diaria, es hora de consultar a un proctólogo. Los síntomas de las hemorroides a menudo se superponen con otras afecciones rectales, por lo que obtener un diagnóstico profesional es la forma más segura de encontrar un alivio real. Con la atención adecuada, la mayoría de las hemorroides inflamadas se curan rápidamente y sin molestias.