
Las hemorroides prolapsadas se desarrollan por las mismas causas subyacentes que otras hemorroides: aumento de la presión en las venas rectales. Con el tiempo, esta presión debilita el tejido de soporte que mantiene las hemorroides internas en su lugar, lo que permite que se deslicen hacia abajo.
Los desencadenantes comunes incluyen:
Una vez que una hemorroide comienza a prolapsarse, inicialmente puede retraerse por sí sola, pero puede empeorar con el tiempo si la tensión continúa.
El síntoma principal de una hemorroide prolapsada es un bulto blando que se puede palpar o ver saliendo del ano. Los síntomas pueden incluir:
En casos más avanzados, el tejido prolapsado puede permanecer fuera del ano y requerir un empuje manual para volver a introducirse.
Un proctólogo puede confirmar si un bulto protuberante es una hemorroide prolapsada u otra afección, como un pólipo rectal o un prolapso de la pared rectal. El tipo de tratamiento depende de la gravedad y la frecuencia de los síntomas.
La mayoría de los tratamientos son rápidos, de bajo riesgo y pueden proporcionar un alivio a largo plazo.
Si nota un bulto o tejido que sale del ano, especialmente uno que no desaparece, es hora de acudir al proctólogo. Las hemorroides prolapsadas pueden irritarse o incluso atraparse, lo que es doloroso y requiere atención médica. Cuanto antes se someta a una evaluación, más fácil y cómodo será el tratamiento.